Hoy en día, usamos el móvil para todo: estudiar, trabajar, movernos por la ciudad, pedir cita médica o simplemente desconectar. Pero, ¿alguna vez te has parado a pensar si todas las personas pueden usar esas mismas aplicaciones con la misma facilidad? La realidad es que muchas personas siguen encontrando barreras a la hora de utilizar ciertas apps móviles. Hablamos de personas con discapacidades visuales, auditivas, motoras o cognitivas que, por culpa de un diseño poco inclusivo, no pueden disfrutar de estas herramientas como deberían. Y aquí entra en juego un concepto clave: la accesibilidad. Una palabra que, más allá de su definición técnica, significa algo muy humano: asegurarnos de que todas las personas puedan participar plenamente en la vida digital.
¿Qué es exactamente la accesibilidad móvil?
En pocas palabras, es el arte (y la responsabilidad) de crear aplicaciones móviles que cualquier persona pueda usar, sin importar sus capacidades. Esto implica cuidar detalles como el diseño visual, la forma en que se navega por la app, cómo se interactúa con ella o qué opciones de personalización ofrece. Cuando una app es accesible, no solo es más fácil de usar para quien tiene alguna discapacidad, también lo es para ti y para cualquiera. Y eso es lo que llamamos diseño inclusivo: pensar en todas las personas desde el principio.Cuatro áreas clave para lograr una app accesible
Para que una app realmente funcione para todas las personas, es fundamental tener en cuenta estos cuatro aspectos:- Accesibilidad visual. ¿Y si no pudieras leer bien los textos de una app o ver los botones porque hay poco contraste? A muchas personas con baja visión les pasa. Para mejorar esto, se puede usar un contraste alto entre texto y fondo, permitir que el texto se agrande o añadir descripciones a las imágenes.
- Accesibilidad auditiva. Si una app tiene sonidos, música o vídeos y no ofrece subtítulos, quienes no pueden oír bien se quedan fuera. ¿La solución? Subtítulos, transcripciones y alertas visuales. También es clave que las apps funcionen bien con audífonos o dispositivos de asistencia.
- Accesibilidad motora. Personas con movilidad reducida pueden tener dificultades para tocar botones pequeños o moverse rápido por la pantalla. Por eso, es importante que las apps tengan botones grandes, comandos por voz y compatibilidad con teclados u otros dispositivos.
- Accesibilidad cognitiva. Si una app está llena de información, no es clara o cambia de diseño en cada pantalla, puede ser muy confusa para personas con dificultades de aprendizaje o cognitivas. Aquí lo ideal es optar por un diseño simple, coherente y con textos fáciles de entender.