Si estás pensando en dedicarte al desarrollo web o ya estás en este mundo, seguro que te preguntas qué lenguajes y tecnologías van a dominar el sector en los próximos años. El desarrollo web no para de evolucionar y, como sabes, adaptarse a los cambios es clave para no quedarse atrás. Por eso, te contaremos de forma sencilla y directa, cuáles son las principales tendencias en desarrollo web para 2025 y qué deberías tener en el radar si quieres estar al día.

Lenguajes y tecnologías en auge

JavaScript sigue, pero con nuevas herramientas y frameworks

Sí, JavaScript sigue siendo el rey del desarrollo web. Pero no todo es Vanilla JS o los frameworks clásicos. En 2025, veremos cómo algunas herramientas que ya empiezan a sonar fuerte, como Solid.js o Qwik, ganarán cada vez más espacio. Estas tecnologías están pensadas para mejorar el rendimiento y hacer webs más rápidas, ligeras y eficientes.

Además, TypeScript, el «hermano mayor» de JavaScript, se afianza como una opción casi imprescindible. ¿Por qué? Porque ayuda a escribir un código más limpio, organizado y seguro. Así que, si aún no le has echado un vistazo, este puede ser el momento perfecto.

El poder de la inteligencia artificial (IA) en el desarrollo web

La inteligencia artificial ya está cambiando muchas profesiones, y el desarrollo web no se queda al margen. Herramientas como GitHub Copilot o ChatGPT te pueden ayudar a escribir código, corregir errores o incluso diseñar partes de una web.

Pero no se trata solo de que la IA «haga cosas por ti», sino de cómo integrarla en las webs que desarrollas. Cada vez veremos más sitios con chatbots inteligentes, recomendaciones personalizadas o interfaces conversacionales que mejoran la experiencia de quien usa la página.

Así que, como futuro/a desarrollador/a, pensar en cómo utilizar la IA de forma ética y responsable será una parte importante de tu trabajo.

WebAssembly (Wasm): el rendimiento al máximo

¿Te imaginas poder usar lenguajes como C++, Rust o Go para crear aplicaciones web súper rápidas? Pues eso es WebAssembly, y en 2025 va a tener aún más protagonismo.

Gracias a Wasm, las páginas pueden cargar más rápido, hacer cálculos complejos (como videojuegos o editores de vídeo online) sin que se cuelgue el navegador y, en general, ofrecer una experiencia de usuario mucho más fluida.

No hace falta que te conviertas en una experta o experto en Rust (al menos, de momento), pero sí es importante conocer qué es y para qué sirve.

Backend moderno: serverless y edge computing

El backend, esa parte «invisible» que hace funcionar una web, también está cambiando mucho. Serverless (sin servidor) es una forma de crear aplicaciones que se adaptan al número de personas que las usan, sin que tengas que preocuparte de los servidores. Esto ahorra tiempo, dinero y recursos.

Por otro lado, el edge computing permite acercar los datos al lugar donde se necesitan, mejorando la velocidad y la seguridad. Grandes empresas ya lo usan, pero se espera que en 2025 muchas webs pequeñas también lo incorporen.

Plataformas como Vercel, Netlify o Cloudflare están haciendo que estas tecnologías sean accesibles para todo el mundo

Accesibilidad y diseño inclusivo: una web para todas las personas

No podemos hablar del futuro del desarrollo web sin hablar de accesibilidad. Cada vez más se exige que las páginas sean fáciles de usar para todas las personas, incluyendo quienes tienen algún tipo de discapacidad.

En 2025, se espera que las herramientas y frameworks incorporen opciones de accesibilidad por defecto, y que quienes desarrollamos webs tengamos más formación en este tema. Y no es solo una cuestión técnica, sino también ética: hacer la web más inclusiva es responsabilidad de todas las personas que trabajamos en este sector.

Lenguajes en auge: ¿qué deberías aprender?

Además de JavaScript y TypeScript, que seguirán siendo básicos, hay otros lenguajes y tecnologías que deberías tener en mente:

  • Rust: cada vez más usado para crear aplicaciones rápidas y seguras, especialmente combinado con WebAssembly.
  • Python: aunque no es nuevo, sigue siendo muy usado para crear APIs, especialmente con frameworks como FastAPI o Django, y ahora con más enfoque en IA.
  • Go (Golang): ideal para crear sistemas backend que necesitan ser eficientes y funcionar sin problemas incluso con mucho tráfico.
  • Deno: una alternativa moderna a Node.js que promete más seguridad y simplicidad.

Realidad aumentada (RA) y realidad virtual (RV)

Aunque hace unos años parecía cosa de películas, la realidad aumentada y la realidad virtual ya se están usando en la web. Tiendas online que permiten ver los productos en 3D, visitas virtuales, juegos…

En 2025, se espera que estas experiencias se integren aún más en el navegador, gracias a WebXR y otras herramientas. Así que, si te interesa el diseño y la innovación, aprender sobre esto puede abrirte muchas puertas.

Web3 y blockchain: más allá de las criptomonedas

Aunque el boom de las criptomonedas ha bajado un poco, la Web3 sigue avanzando. Se trata de crear aplicaciones descentralizadas, donde los datos no estén controlados por una sola empresa, sino por una red de personas.

Aunque no será obligatorio para todo tipo de webs, conocer blockchain, contratos inteligentes y DApps puede ser útil, sobre todo en sectores como finanzas, arte digital (NFTs) o juegos.

¿Cómo prepararte para estas tendencias?

Quizá ahora te estés preguntando: «¿Cómo puedo estar al día de todo esto sin volverme loca o loco?» La clave está en tener una formación sólida, que no solo te enseñe a programar, sino también a adaptarte a las nuevas tecnologías y a entender cómo funcionan las webs por dentro y por fuera.

Si te interesa el mundo del desarrollo web y quieres formarte con una mirada práctica y enfocada al futuro, echa un vistazo al Ciclo Formativo de Grado Superior Online en Desarrollo de Aplicaciones Web de Jesuïtes Educació en colaboración con la UOC.

Este ciclo está pensado para que puedas aprender a tu ritmo, desde cualquier lugar, y tocando las tecnologías más actuales.

El desarrollo web no es solo escribir código: es crear experiencias para las personas, pensar en accesibilidad, usar la inteligencia artificial de forma responsable y construir la web del futuro. Y para eso, una buena formación es el primer paso.