En el mundo del diseño web, cada vez se habla más de usabilidad web y experiencia de usuario (user experience o UX). Ambos conceptos están relacionados, ya que una buena usabilidad web es imprescindible para ofrecer una experiencia de usuario positiva. Pero veamos en qué consiste exactamente cada uno de estos términos y qué aspectos debemos trabajar si queremos tenerlos en cuenta en nuestros productos o servicios digitales.
¿En qué se diferencian la usabilidad web y la experiencia de usuario?
El término usabilidad web hace referencia a la capacidad de un software para ser entendido y utilizado de forma sencilla y funcional por el usuario. Por su parte, experiencia de usuario es un concepto más global que implica el análisis de las respuestas que tienen los usuarios en la interacción con un producto, sistema o servicio.
La usabilidad de una web se mide en función de lo fácil e intuitiva que sea de manejar, mientras que la experiencia de usuario abarca más factores, pues se refiere a la satisfacción del cliente antes, durante y después de la navegación por una web. Si los usuarios pueden navegar con facilidad por una página web, esta tendrá un buen índice de usabilidad. Y, si además la experiencia es agradable y positiva, hablaremos de una UX favorable.
¿En qué consiste la experiencia de usuario (UX)?
La experiencia de usuario implica diseñar productos o servicios digitales a partir de un análisis profundo de las necesidades del consumidor. Es decir, no solo tiene en cuenta la visión del profesional, sino que valora especialmente el acompañamiento al cliente o, dicho de otra manera, la experiencia que tiene un usuario al interactuar con una web o una aplicación.
Se trata de una disciplina que tiene como punto central al usuario. Por eso, antes, durante y después de desarrollar un producto, es importante preguntar al cliente potencial para qué necesita el producto y cómo lo necesita.
Factores que intervienen en la experiencia de usuario:
- Usabilidad. La página web debe ser fácil de usar para que los usuarios consigan encontrar lo que buscan de manera rápida y sencilla.
- Utilidad. Todos los elementos de la web deben servir para un propósito concreto y relevante.
- Confianza. Para que el usuario confíe en la aplicación, debe disponer de toda la información necesaria en cada paso. Por eso, se recomienda ofrecer explicaciones útiles mediante el sistema de preguntas frecuentes.
- Deseo. El diseño de cualquier contenido multimedia debe hacer más deseable el producto o el servicio relacionado.
- Facilidad de búsqueda. El buscador y las secciones de la página web deben responder a las necesidades de los consumidores para que encuentren fácilmente aquello que buscan.
- Seguridad. Una UX satisfactoria debe garantizar la protección y la confidencialidad de los datos personales de los clientes.
- Creación de valor. El producto o el servicio que ofrece la web o la aplicación debe tener un valor más allá del económico para diferenciarse de la competencia y satisfacer las expectativas de los usuarios.
La experiencia de usuario no solo se confunde con la usabilidad web, sino también con otros conceptos como la interfaz de usuario o la arquitectura de la información, pero va mucho más allá. Y es que un arquitecto de la información se encarga de organizar el contenido de una web o aplicación para que sea comprensible y fácil de usar, pero no diseña la experiencia completa de un producto o servicio digital.
¿Qué es la interfaz de usuario y qué significa arquitectura de la información?
La interfaz de usuario (UI) es el medio a través del cual un usuario se relaciona con un dispositivo tecnológico. Este concepto engloba tanto la arquitectura de la información como los elementos visuales que nos permiten interactuar de manera eficaz con programas, aplicaciones y páginas web.
Una buena interfaz de usuario debe ofrecer al cliente la posibilidad de encontrar con facilidad todo aquello que busca. Por eso, el diseñador de UI no solo debe ocuparse del aspecto visual de una aplicación o página web, sino que también debe centrarse en su funcionamiento y estudiar dónde se ubica cada botón para que la experiencia de usuario sea funcional e intuitiva.
Para conseguir una interfaz de usuario eficaz, el diseño debe pasar por un proceso de prototipado y evaluación. En esta fase, se recomienda utilizar herramientas para crear prototipos que permitan mostrar al cliente el trabajo casi definitivo y así poder evaluar tanto la usabilidad web como la experiencia de usuario.
¿A qué nos referimos con arquitectura de la información?
Un aspecto fundamental de la interfaz de usuario es la arquitectura de la información. Esta disciplina se encarga de organizar y estructurar el contenido de un página o aplicación web para que sea comprensible y fácil de usar. Así pues, un arquitecto de la información debe garantizar que el cliente cumpla sus objetivos de navegación y encuentre aquello que busca de manera rápida y sin perderse.
¿Qué es la usabilidad web y qué factores intervienen en ella?
La usabilidad web es el grado de facilidad de uso que tiene una página web para los usuarios que entran e interactúan con ella. Podemos decir que una web con una buena usabilidad es aquella que ofrece a los visitantes una interacción intuitiva, agradable y segura.
Además, una buena usabilidad web debe permitir al cliente encontrar lo que busca en el menor tiempo posible, por eso no solo tiene que ver con aspectos tecnológicos, sino también con el diseño, la navegabilidad y la proximidad del servicio.
Factores que generan una buena usabilidad web:
- Diseño claro y sencillo. Los diseños intuitivos y diáfanos ayudan al usuario a procesar más fácilmente la información de una web. Además, deben adaptarse a los dispositivos móviles.
- Tiempos de carga cortos. Cuanto más tarde una web en cargarse, más aumentará el porcentaje de rebote y la tasa de abandono.
- Hay que dar toda la información valiosa sobre los productos y los servicios ofrecidos, evitando utilizar conceptos demasiado complejos.
- A la hora de facilitar el proceso de compra o inscripción, es importante resaltar los campos obligatorios, no solicitar información irrelevante y adaptar los campos de texto a las posibles respuestas.
- Debemos adaptar la tecnología a la diversidad de necesidades de los usuarios.
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