El autismo es un trastorno neurológico que se caracteriza por dificultades en la comunicación social e intereses repetitivos y restringidos. Debido a la gran variedad de síntomas que pueden presentar las personas diagnosticadas con autismo, hoy en día se prefiere el término «trastorno del espectro autista» o TEA. En el artículo de hoy te explicamos cuáles son los síntomas del autismo infantil y qué necesidades educativas especiales tienen los niños y niñas con TEA.  

¿Cuáles son los síntomas del autismo infantil?

Un diagnóstico precoz es fundamental para tratar los trastornos del espectro autista y potenciar las habilidades de los niños y niñas con autismo. Estos son los principales síntomas del autismo infantil:  

1) Déficits en la comunicación social

Los niños y niñas con TEA presentan dificultades socioemocionales y problemas para entender y establecer relaciones sociales. 

2) Patrones restringidos y repetitivos

Estos patrones se manifiestan a través de, al menos, dos de los siguientes síntomas: 

  • Movimientos repetitivos. 
  • Uso continuado de los mismos objetos. 
  • Habla estereotipada o reiterativa. 
  • Fuerte resistencia a los cambios. 
  • Patrones de comportamiento fijos y ritualizados. 
  • Intereses intensos y restringidos. 
  • Reacciones inusuales a estímulos sensoriales. 

Para poder confirmar el diagnóstico de TEA, estos síntomas deben aparecer en la infancia más temprana. Además, deben condicionar el día a día de las personas afectadas. 

Necesidades educativas del autismo infantil

El tratamiento para niños y niñas con TEA precisa de un programa de intervención adaptado a las capacidades específicas de cada niño o niña. Un programa que deberá incluir pautas consensuadas entre la familia, la escuela y los especialistas. En términos generales, estas son las necesidades educativas básicas que necesitan los niños y niñas con autismo infantil: 

  • Durante la educación infantil, es fundamental favorecer el juego y el aprendizaje, utilizando siempre el refuerzo positivo. 
  • En la educación primaria, la intervención debe dirigirse a la integración en el entorno, la adecuación a las normas sociales y la mejora de las habilidades comunicativas.  
  • Durante la educación secundaria, hay que priorizar el trabajo sobre la autonomía, las habilidades sociales y los intereses personales.   

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