La rotura de stocks se produce cuando una empresa no dispone en almacén de la cantidad de producto o de materia prima necesaria para hacer frente al pedido de un cliente. Además de perderse la venta, también puede dañar la imagen de la empresa ante el cliente.

A continuación, veremos qué causa la rotura de stocks y las consecuencias negativas que puede tener para la empresa. Si quieres saber más sobre la gestión de stocks, cursando el grado superior de Transporte y Logística aprenderás a gestionar, controlar y optimizar la gestión de almacén de una empresa.

¿Qué causa la rotura de stocks?

La rotura de stocks puede deberse a distintos factores. Los más comunes son los siguientes:

  • Aumento inesperado de la demanda. Esto suele ocurrir en épocas concretas del año, como Navidad, cuando los pedidos de un artículo superan las expectativas.
  • Planificación deficiente de la demanda. Para estimar la demanda futura, es necesario analizar una gran variedad de datos, como el historial de ventas o la estacionalidad, así como las fechas clave que hay durante el año.
  • Datos de inventario inexactos. En este caso, la rotura de stocks se produce por fallos en la ubicación de los productos en almacén o porque no se han actualizado los datos de stock.
  • Retrasos en el transporte. Si se produce un retraso en la recepción de la mercancía en almacén, se demorará la fecha de entrega al cliente.
  • Retrasos de los proveedores. Si el proveedor es a su vez productor, la falta de materia prima ralentizará la producción de la mercancía. Esto hará que la expedición se retrase.
  • Fallos humanos. Pueden suceder en distintos puntos de la cadena de suministro.

Consecuencias de la rotura de stocks

El aumento en los costes logísticos es el efecto más directo de una rotura de stocks. Hay que señalar que cuanto más grande es el inventario, más elevados son los costes de almacenamiento logístico, por lo que las empresas limitan las cantidades almacenadas tanto como pueden. Aquí entrarían en juego conceptos como el método justo a tiempo (just-in-time) o el transbordo (cross-docking).

El importe exacto de sus consecuencias económicas es difícil de calcular a priori, ya que hay que tener en cuenta aspectos como los siguientes:

  • La pérdida de la venta (valor objetivo).
  • La fuga de clientes a la competencia (valor subjetivo).
  • El daño a la imagen de la marca por la pérdida de confianza (valor subjetivo).