La adquisición del lenguaje en niños con discapacidad cognitiva o intelectual es diferente a la del resto de niños. Estos niños sufren un desfase entre el desarrollo físico, el desarrollo mental y el ritmo al que aprenden a comunicarse. Tienen, pues, más dificultades y lentitud en aprender a comunicarse. Es por ello que en la integración social de estos niños se emplean diferentes estrategias, como la comunicación bimodal, para mejorar su comunicación y facilitar su acceso al habla. Veamos en qué consiste.
Integrar para un mayor aprendizaje
La comunicación bimodal se sirve de cualquier programa para mejorar la comunicación y potenciar el acceso al habla que combina el uso de signos manuales con el lenguaje oral. Es, pues, la forma de comunicación que usa de forma paralela el habla y los signos manuales para ayudar a visualizar las palabras utilizadas.
Su principal objetivo es acelerar la aparición del lenguaje oral en los niños con discapacidad cognitiva o intelectual. Esto se consigue con una mejor integración social y afectiva, que los ayudará también a adelantar sus aprendizajes. Eso es muy importante para ellos, puesto que sufren un desfase entre su edad y sus capacidades de uso del lenguaje oral, y esto puede ser perjudicial para su desarrollo.
¿Por qué los signos ayudan a comunicarse?
La comunicación signada tiene ventajas sobre el lenguaje oral a la hora de comunicarse:
- El signo representa un concepto de una vez. En cambio, la palabra se compone de pequeños fonemas expresados en una secuencia temporal; por lo tanto, es más compleja.
- La comunicación mediante signos es más fácil de recordar, puesto que cada signo está relacionado, generalmente, con la forma del objeto o ser al que hace referencia; por ejemplo, un coche, una casa, una persona que duerme…
- La comunicación signada, para un niño, es más fácil de repetir o de imitar, ya que es meramente visual.
- La memoria visual y cenestésica es de mayor calidad que la auditiva y temporal en los niños con discapacidad intelectual.
- En la comunicación signada es necesaria menos habilidad motora que la que se requiere en patrones articulatorios, y es más fácil de ejecutar para la mayoría de niños con discapacidad intelectual.
Además de todo esto, los signos manuales son un recurso casi natural, ya que se recurre a ellos cuando nuestra comunicación no fluye lo suficiente, y además es una comunicación rápida, sin necesidad de soporte o material complementario.