La cadena de bloques o blockchain no es solo una tecnología para la programación, es una herramienta para el marketing y la publicidad digital dispuesta a cambiarlo todo. Muchos hablan de la blockchain como una revolución en la economía, ya que permite transferir datos digitales de forma cibersegura.

Qué es la blockchain

Como ya te contamos, la blockchain es una tecnología que garantiza transacciones seguras entre personas sin necesidad de intermediarios. En realidad, es una base de datos que funciona como un libro de registro. La gran diferencia es que la cadena de bloques es inmutable y guarda todas las transacciones que se han ejecutado en la red. Inicialmente se planteó como una herramienta para las transacciones bancarias, pero va más allá.

La cadena de bloques dentro del marketing digital

La cadena de bloques promete ser una poderosa herramienta para el marketing digital. Al garantizar la ciberseguridad de sus transacciones tiene múltiples aplicaciones.

  • Compras en línea: puede ser una herramienta para eliminar las falsificaciones de nuestro carrito de la compra. La cadena de bloques puede hacer un seguimiento del producto hasta el destinatario. Sería una especie de certificación blockchain que garantiza el lugar, el origen y las transacciones del producto, desde el proveedor hasta el cliente final.
  • Responsabilidad de las marcas: los contratos inteligentes con blockchain harán que las empresas ofrezcan garantías de forma pública e indestructible. La cadena de bloques garantiza que las dos partes cumplan automáticamente los términos acordados en cualquier contrato.
  • Fin de los haters: si el uso de internet pasara por una cadena de bloques, el anonimato no existiría. Usaríamos una clave de acceso y sería el fin de los haters o trolls en las redes sociales.
  • Fin de los intermediarios: ¿qué pasaría si el marketing digital utilizase la blockchain? Deberíamos preguntar al usuario si quiere cobrar por dar sus datos a terceros o por recibir un anuncio. Esto sería así porque en la blockchain el usuario es el único propietario de sus datos. El pago por publicidad se realizaría directamente al usuario y no al medio, o no en igual proporción. La ventaja para las marcas sería un usuario más fiel, que decide ofrecerles sus datos de forma consciente.