En España, en los últimos 15 años, 920 hombres han asesinado a sus parejas o exparejas e hijos de éstas. La violencia de género es uno de los grandes males de nuestra sociedad y aún queda mucho por hacer.  Entre las tareas pendientes que tenemos, está la de educar con una perspectiva de género. Los profesionales en integración social y los profesionales en educación infantil pueden llevarlo a cabo. Te contamos cómo.

La perspectiva de género en la educación

¿Qué es para ti la igualdad de género? Antes de nada, conviene hacer una reflexión para dar un valor educativo a las cuestiones relacionadas con el género. La percepción de los roles, que socialmente aceptamos y transmitimos, son los que limitan a las mujeres a la hora de ser protagonistas en las decisiones y en la participación.

El objetivo de la búsqueda de la igualdad de género, según la UNESCO, es conseguir una sociedad donde se respeta a los demás y poder desarrollar el potencial de cada uno al máximo. Debemos aspirar a una sociedad que contemple la igualdad entre niños y niñas, y tener en cuenta que las diferentes representaciones sociales son las que construyen los estereotipos que después se reproducen y transmiten.

Cómo incluir la perspectiva de género en la enseñanza

Educar en perspectiva de género es importante porque damos igualdad de oportunidades a todos. Podemos modificar los roles de género para conseguir la equidad entre mujeres y hombres:

  1. Debemos prevenir situaciones de violencia de género: concienciar sobre prácticas naturalizadas y situaciones por las que una mujer puede pasar pero no son tan normales como nos pensamos y que no hacen visibles los mecanismos sobre los que trabaja este tipo de violencia.
  2. Evitar desarrollar tareas que reafirmen los roles de género: muñecas y niñas, limpiar y niñas, lucha y esfuerzo niños… Tanto niñas como niños tienen el mismo derecho a elegir sus roles, juegos y a disfrutar mientras lo hacen.
  3. Olvidar los prejuicios habituales: “las niñas son más sensibles y los niños más duros”. En el aspecto emocional, todos podemos conmovernos por igual, vivirlo con intensidad y transmitirlo a los demás.
  4. Fortalecer la autoestima: mediante actividades que distribuyan equitativamente el trabajo y la participación de todos y todas.
  5. Utilizar un lenguaje inclusivo.
  6. Educar desde la inclusión: alumnos y alumnas deben participar y colaborar conjuntamente en la elaboración de las pautas de convivencia de manera que garanticen la igualdad de oportunidades para todos y todas.

 

Y tú, ¿qué haces para educar desde una perspectiva de género?