En FP Jesuïtes UOC consideramos esencial conocer los conceptos financieros principales. Cuando analizamos una empresa, es necesario analizar el estado de los flujos de efectivo, la cuenta de pérdidas y ganancias e incluso la memoria. Pero el estado financiero más destacado de la empresa es el que llamamos balance de situación.

Los balances de situación nos ayudan a analizar y conocer la situación financiera de las empresas. Están compuestos por el activo, recursos financieros, pasivo, obligaciones, y el patrimonio neto, o capital social, reservas y beneficios no repartidos. En un anterior post, hablábamos de los elementos que configuran el patrimonio empresarial.

Por qué son importantes los balances de situación

  • Nos permiten ver la calidad de los pasivos, la liquidez de los activos y cómo son los activos no líquidos.
  • Gracias a ellos conocemos la esencia patrimonial y cómo de madura está la empresa dentro del mercado.
  • Nos dan información clave sobre la solvencia de la empresa y cómo de fuerte o débil está para superar situaciones de crisis, inversiones y demás procesos futuros.

Qué nos cuentan los balances de situación

Los balances de situación son los pilares de la empresa. A través de ellos conocemos la información sobre la estructura de activos y pasivos, cómo se distribuyen, respecto al plazo de vencimiento, los pasivos, y también, los grados de líquido asumibles por el activo. Por otro lado, también nos cuenta toda esta información junto a la variable tiempo, que nos proporciona perspectiva y nos permite identificar tendencias o puntos de mejora.

Los balances de situación por sí solos carecen de información suficiente para juzgar el estado de una empresa. Debemos revisar el resto de estados financieros, para tener una opinión mucho más completa y representativa de la empresa.

Por ejemplo, uno de los balances más habituales en la situación actual del mercado es el de una empresa que tiene muchos pasivos con vencimiento a corto plazo y poca liquidez en los activos. Esto es una mala situación financiera porque no se pueden transformar en líquido para subsanar los pasivos que vencen.

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