La mediación vecinal, a diferencia de la comunitaria, hace referencia a aquellas mediaciones que se llevan a cabo en comunidades de vecinos. No hay que confundir la mediación vecinal con la comunitaria. La mediación comunitaria es un concepto más amplio que tiene en cuenta a toda la comunidad ciudadana. La mediación ciudadana es la que analiza y gestiona el conflicto del ciudadano y de la comunidad, en el territorio y los vínculos que comparten. El responsable de la mediación comunitaria es un técnico en integración social.
Aclarando conceptos en la mediación comunitaria
Como comunidad se entiende, en el caso de la mediación comunitaria, como el conjunto de ciudadanos y ciudadanas que viven y se relacionan en un territorio. Aquí también tienen cabida las asociaciones y entidades, los servicios municipales, las administraciones… Todos ellos comparten un territorio y unos intereses comunes.
Los principios que rigen la mediación comunitaria son los de responsabilidad, cooperación, imparcialidad, confidencialidad, comprensión de la realidad y voluntariedad.
La mediación ciudadana o comunitaria es algo transversal y posee un campo propio de actuación, que puede atender a conflictos de carácter público y privado.
Por conflictos a mediar se entienden los conflictos relacionales, conflictos vecinales, conflictos derivados de actividades económicas, conflictos educativos, derivados del uso del espacio público, conflictos familiares, conflictos asociativos…
Buenas prácticas para la mediación comunitaria
Dentro de la mediación queremos destacar un conjunto de buenas prácticas, extraídas del “Decálogo de Buenas Prácticas de la Mediación Ciudadana y Comunitaria” creado por Maria Munné y Tomás Prieto:
- El objetivo de la mediación es el de favorecer la convivencia.
- La mediación comunitaria es una herramienta de prevención y permite evaluar el estado de la conflictividad social.
- El servicio de mediación comunitaria debe estar asentado e integrado en el territorio.
- Necesita del apoyo y la implicación de la institución que lo avala y debe regirse por las normas sociales y legales establecidas.
- Todas las acciones y tareas de mediación ciudadana y comunitaria deben poder ser evaluadas de forma objetiva, cualitativa y cuantitativamente.