Un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha analizado las dificultades con las que se encuentran los estudiantes para entrar en el mundo laboral desde el punto de vista de las competencias y la orientación profesional. En base a las actuales cifras de paro juvenil y viendo que es uno de los pocos indicadores macroeconómicos que no mejora, un estudio de la UAB pretende determinar cuáles son las causas que impiden la inserción de los jóvenes en el mundo laboral y cuál puede ser la solución.
Después de hablar con más de 850 responsables de recursos humanos y directivos de empresas, más de 450 centros educativos de secundaria, de formación profesional, y de adultos y de haber realizado más de 20 entrevistas en profundidad con expertos del sector, el estudio concluye que entre las causas que frenan la inserción laboral joven se pueden distinguir causas estructurales -debilidad de la demanda, crisis financiera, regulación laboral vigente- y causas que dependen de los propios jóvenes: falta de motivación de los candidatos, falta de experiencia y baja cualificación de los jóvenes.
Por ello, el estudio se inclina por una doble solución: los jóvenes deben ampliar sus competencias y mejorar sus aptitudes laborales a través de las prácticas en empresas. Para capacitar a los jóvenes tanto para encontrar un sitio en el mercado laboral como para transformar este mercado hacia un modelo productivo los investigadores identifican 20 competencias que fomentar y trabajar, tanto por parte del alumnado como de los educadores, a saber: el análisis crítico, la autoexigencia, la autogestión social, la autonomía y la autoorganización, la comprensión y el respeto a la diversidad, la capacidad de hablar en público, el emprendimiento, entre otros.
El mundo laboral te está esperando
Y en cuanto a las prácticas, los investigadores inciden repetidamente en la misma idea: fomentar el componente práctico de los conocimientos en cualquier tipo de estudio. De esa idea extraen los investigadores un mandato a todos los centros de formación profesional o adulta: mejorar y ampliar el ámbito de las prácticas en empresas. Apuntan, en concreto, a incrementar los convenios con empresas, fomentar el emprendimiento, y apuntalar valores como el trabajo, el esfuerzo y la perseverancia.
Indican, finalmente, que las empresas no sólo valoran las competencias mencionadas anteriormente sino también aptitudes personales como el cuidado en la ejecución de tareas, la disposición de aprender, la optimización de recursos o el trabajo en equipo. Aptitudes, todas ellas, que no vienen en ningún manual y que se aprenden con la práctica.