La rapidez del cambio económico, social y tecnológico, junto a la necesidad que tienen las personas de aprovechar las oportunidades de la economía mundial, hace posible una adaptación de las instituciones de enseñanza y en dicho contexto, la Formación Profesional tiene un gran valor. Cada vez más, las habilidades y las capacidades de las personas se tiene en consideración y se convierten en la clave del desarrollo de las naciones; la clase política, consciente de ello, incide en este aspecto también. La educación es más inclusiva porque debe ser accesible para todos, teniendo en cuenta las necesidades reales de los ciudadanos y respondiendo con una oferta educativa variada y flexible.
En el mundo del trabajo se ha colocado a la calificación y la formación profesional como un desafío muy importante para el desarrollo social y económico de los países. Las personas que son formadas tienen más posibilidades de inserirse en el sistema y los ayuda a participar activamente en la vida económica, social de sus países, además de permitirles crecer en su sector de trabajo.
Veremos a continuación como funciona la Formación Profesional en algunas regiones del mundo.
La Formación Profesional en Latam
La capacidad de promocionar el trabajo «decente» en Latinoamérica se ha convertido en una necesidad básica para el desarrollo de los países. En este sentido, es interesante la labor realizada por la OIT en dicha zona: la creación de un centro que se dedica específicamente a temas de formación profesional. Dicho centro, que funciona desde el 1963, llamado Cinterfor (Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación) es un avance interesante en la Formación Profesional. Principalmente tiene los siguientes fines:
Construir el conocimiento colectivo y liderar dicho proceso de generalización del aprendizaje. Asimismo, busca promocionar la cooperación entre países en lo referente al desarrollo de áreas especializadas de recursos humanos. Este centro de la OIT, articula una red de 65 instituciones (públicas y privadas) de 27 países entre los cuales se encuentra España y algunos de África, así como los países de Latinoamérica y el Caribe. Esta red es muy activa en su labor a disposición del mundo de la FP, lo que podría ser la clave del desarrollo de esta región en crecimiento.
Los ministerios de trabajo de estos países se están interesando mucho en la Formación Profesional que ahora es el centro de la agenda política como ya comentábamos antes. El planteamiento gira en torno a la necesidad de construir unas regulaciones que reflejen la realidad de la relación entre los recursos y las capacidades para así poder dar a la ciudadanía una oferta amplia, diversa, flexible, que sirvan para responder al desafío de esa frase que tanto llama la atención «la formación permanente».
La Formación Profesional en Europa
La Formación Profesional en Europa tiene algunas décadas de vida y en la mayor parte de los países ha sido una apuesta estratégica de crecimiento. La idea de la Formación profesional se tenía pensada únicamente como la de los centros de trabajo; en Alemania, por ejemplo, la fórmula se completaba con una formación general mínima. De esta manera pues, podemos decir que hay dos vertientes en Europa: una que es más académica, que busca una educación integral de cultura general y preparación para el trabajo específico y otra más profesional, más práctica y con menor carga lectiva académica y especial atención a los contenidos prácticos que luego se podrán aplicar en el trabajo de manera directa.
La Formación Profesional «academicista» es más común en los países latinos (Bélgica hacia el sur) y ha siempre buscado compaginar la educación científica con la humanística de forma que era normal encontrar un curso de FP con formación específica de la especialidad profesional y una carga horaria de cultura general fuerte. Este también es el planteamiento de la formación en España y aunque ha sido polemizada en algunos sectores, se sigue teniendo esta idea. En Alemania, por ejemplo, tienen un sistema dual que une la formación básica en la escuela y se continua en la empresa. La idea funciona muy bien aunque se puede deteriorar la formación cuando existen problemas económicos que impiden a las empresas hacer grandes inversiones en formar a sus empleados.
La Formación Profesional en Asia
Un titular de periódico de hace solo unos años señalaba que el 95% de los graduados de Formación Profesional en China, tenían empleo. En 2012, de los 22 millones de alumnos de formación profesional del país asiático, el 82% eran estudiantes de proveniencia rural con salarios medios bajos. En China existen alrededor de 13.000 escuelas de Formación Profesional y se trata de centros subvencionados por el Estado, con amplia cobertura de escolarización del tipo gratuita, justamente pensando en dar oportunidades a los más necesitados. El gigante asiático ha sido el protagonista de una rápida evolución en este campo porque de hecho, el número de matriculados es casi igual al de educación secundaria. Esto es resultado de una gran inversión por parte del gobierno.
En algunos países menos ricos, se ha invertido esfuerzo y tiempo para que las empresas de diversos sectores económicos coordinen con las escuelas de FP para generar sinergias que mejoren la educación de las personas. Desde el 2007 se viene trabajando en la Dirección General de la Formación Profesional de Vietnam, para estrechar lazos con países como Tailandia, Corea e incluso China, con la finalidad de generar un diálogo intercultural sobre los métodos y las posibles soluciones que se adaptan mejor a sus necesidades y particularidades. En estos procesos de avance hacia una FP más rica y provechosa, participó también un importante país europeo: Alemania, dada su gran evolución en este sentido.
Programas de Cooperación
En Europa gozamos de grandes ventajas en formación profesional y esto es gracias a los programas de cooperación. El objetivo general es fomentar el entendimiento entre los pueblos de la UE y los países asociados, como se indica en la web del Ministerio. La idea es poder aumentar el conocimiento de las lenguas, las culturas, las instituciones y cómo no, generar una mejora progresiva en la enseñanza de formación profesional. Existen programas de cooperación con muchos países, entre ellos Australia, Nueva Zelanda, la República de Corea, Japón, entre otros.
Existen dos tipos de acciones dentro de los programas de cooperación. Existen, por ejemplo, los proyectos de movilidad conjunta o JMP que funcionan como consorcios de instituciones de enseñanza formación profesional y que se constituyen por tres de ellas de tres Estados Europeos con dos instituciones de los países socios. La otra modalidad permite a los estudiantes obtener titulaciones conjuntas. Este tipo de proyectos se denominan JDP y se producen con la presencia de dos instituciones de FP de países miembros de la Unión Europea con dos instituciones de países asociados.
En pocas palabras, la Formación Profesional en Europa tiene un valor muy alto y es uno de los principales puntos de la agenda europea. Si estás pensando iniciar un curso de Formación Profesional, te invitamos a conocer nuestra oferta educativa.