En nuestra sociedad, las desigualdades sociales continúan siendo un problema, por lo que existen personas y colectivos vulnerables a sufrir exclusión social. Como consecuencia, las herramientas que aporta la integración social son la clave a la hora de garantizar el bienestar de los ciudadanos. Si te interesa trabajar en este sector, sigue leyendo y descubre qué tipos de conocimientos y habilidades te aportará la formación en torno a este campo.

¿Por qué estudiar integración social?

En la actualidad, hay distintos factores que determinan el grado de vulnerabilidad de algunas personas. En este sentido, un integrador o integradora social debe velar por proteger los derechos y las necesidades básicas de los ciudadanos que se encuentran en situaciones desfavorecidas, teniendo en cuenta los distintos ejes de desigualdad. Probablemente, existen múltiples motivos por los que puede interesarte estudiar y dedicarte profesionalmente al ámbito de la integración social. A continuación, te exponemos algunos de ellos:

  • Autonomía personal. Algunas personas pueden ver afectada su capacidad para desenvolver las tareas básicas de su día a día. Como consecuencia, la autoestima y la autoimagen también se ven profundamente afectadas. Desde la integración social se deben ofrecer recursos para transformar la situación en la medida de lo posible, así como ofrecer soporte asistencial siempre que sea necesario.
  • Sociabilización. La forma como las personas se relacionan y vinculan es clave a la hora de tejer una red de soporte, tanto emocional como material. Sin embargo, determinadas situaciones sociales dificultan que esto suceda. En este sentido, la integración social aporta las herramientas y los medios para promover la socialización de aquellas personas que lo necesitan.
  • Orientación laboral. El soporte en la búsqueda de empleo es otra función que puede desarrollar un profesional de la integración social. Este ámbito es especialmente importante debido a que la situación laboral determina directamente los recursos económicos de una persona.
  • Atención a la infancia. Los niños y niñas son especialmente vulnerables frente a las situaciones de exclusión social. Así pues, otra de las posibles tareas de un integrador o integradora social es garantizar el bienestar físico y psicológico de los más pequeños.

Si crees que te gustaría ayudar a las personas o colectivos que sufren situaciones de exclusión social, te animamos a que estudies el ciclo formativo de grado superior de Integración Social y que aprendas todo lo que necesitas para conseguir tu meta profesional.