El Gobierno de España quiere ampliar el papel de la universidad y la formación profesional superior. En su informe Plan 2050, el Ejecutivo destaca la necesidad de nuestro país de promover la formación continua de sus profesionales para mantener la competitividad económica al nivel de nuestro entorno europeo.
¿Cuáles son los objetivos del Gobierno en terreno educativo?
Para alinearse con el resto de naciones europeas, España necesita una población más formada tanto en el medio como en el largo plazo. La formación continua es la única manera de garantizar un crecimiento económico competitivo a escala global y desarrollar con éxito la transición ecológica. Por eso, hacen falta más graduados universitarios y más titulados en Formación Profesional Superior
El estudio Plan 2050 sostiene que si hacemos las cosas bien, en los campus universitarios y centros de formación profesional de nuestro país habrá tantos estudiantes por encima de los 25 años como por debajo de esta edad. Para ello, el informe propone tres objetivos específicos que debemos alcanzar en los próximos 29 años en el terreno educativo:
- Reducir en al menos 25 puntos el porcentaje de personas que abandonan su formación sin obtener al menos un título de Bachillerato o FP Medio. Es decir, bajar del 40 % de 2018 a un 15 % en 2050.
- Elevar el porcentaje de población con estudios universitarios del actual 26 % al 38 %.
- Pasar de un 11 % de profesionales adultos con FP Superior a un 17 %.
Una apuesta firme por la formación continua
Según los datos del informe, en España más de un millón de personas en edad de trabajar verán sus competencias desactualizadas cada año. Recualificar a la población española al nivel de los principales países europeos podría añadir dos décimas anuales al PIB. Ahora bien, para poder avanzar en esta dirección, hace falta un cambio cultural en tres aspectos diferentes:
- Un entorno que incentive a las personas mayores de 25 años a seguir aprendiendo.
- Un marco laboral y cultural que haga que los empleadores públicos y privados recompensen el deseo de formación continua e implementen políticas de conciliación.
- Una oferta formativa flexible que permita satisfacer esta necesidad.
Este cambio puede resumirse en que las universidades y los centros de Formación Profesional deben convertirse en lugares más atractivos y acogedores para todos los grupos de edad. En espacios más ligados a la formación continua y más cercanos a las necesidades del mercado laboral.