El método Montessori es uno de los más conocidos a día de hoy. Es un modelo educativo que provee un ambiente preparado para favorecer el desarrollo de los niños. “Sigue al niño” es el lema creado por la educadora y médico italiana, Maria Montessori, a finales del siglo XIX. Este tipo de enseñanza, promueve la separación de los niños en edades distintas, de tres en tres años de diferencia. Es un modelo que tiene mucho peso sobre todo en las primeras etapas de aprendizaje y en la educación infantil.

 

El método Montessori: socialización, respeto y solidaridad

El método Montessori tiene un funcionamiento muy bien definido. Las aulas Montessori agrupan, por un lado, a niños y niñas menores de 3 años, de 3 a 6 años, de 6 a 9 años…. Esta agrupación por edades promueve de forma natural la socialización, el respeto y la solidaridad.

El objetivo de estas aulas es favorecer la cooperación espontánea, las ganas de aprender, el respeto entre iguales y el aprendizaje que proporciona la acción de enseñar a los demás.

 

El ambiente Montessori

El aula tiene un ambiente a la medida del niño con estanterías bajas, mesas y sillas de diferentes medida para que puedan sentarse individualmente o en grupos. Se divide por áreas temáticas con materiales a su alcance. Cada niño elige e utiliza el material cogiéndolo de la estantería y dejándolo de nuevo para que otros puedan utilizarlo.

Los niños y niñas trabajan en periodos de concentración que no deben ser interrumpidos. La libertad de los niños dentro del aula existe dentro de unos límites que permiten la convivencia en la pequeña sociedad del aula.

 

Materiales y el educador/a Montessori

Los materiales Montessori están diseñados para que los alumnos exploren el mundo y desarrollen habilidades cognitivas básicas. Así mismo, están pensados para que el alumnado reconozca sus propios errores y sean los responsables de su aprendizaje.

El papel del educador/a en el método Montessori es muy claro: “sigue al niño”. El adulto es un observador y un guía, que ayuda a desarrollar la confianza y la disciplina interior a los niños y niñas del aula.