La disgrafía y la disortografía son dos problemas de aprendizaje que afectan a la expresión escrita. Aunque un niño o una niña puede manifestar ambas dificultades a la hora de escribir, son dos trastornos diferentes, tanto en su sintomatología como en su tratamiento. A continuación te explicamos cuáles son las diferencias entre disgrafía y disortografía y qué síntomas nos pueden ayudar a detectarlas.
¿Qué diferencia hay entre la disgrafía y la disortografía?
Antes de definir cada trastorno, podemos decir que la diferencia principal entre una persona con disgrafía y otra con disortografía radica en la legibilidad de la letra escrita:
- Una persona con disgrafía tiene una letra indescifrable, tanto en el trazado de la grafía como en la composición del escrito.
- Una persona con disortografía puede escribir de manera legible, pero cometiendo numerosos errores ortográficos.
Síntomas de la disgrafía
La disgrafía se caracteriza por la dificultad o incapacidad para componer textos escritos de forma clara y ordenada. Los síntomas de la disgrafía se empiezan a manifestar a partir de los seis años y se pueden dividir en dos tipologías diferentes:
- Disgrafía motriz: el niño o niña presenta una postura incorrecta al escribir, maneja de forma inadecuada el lápiz y escribe o muy rápido o muy lento.
- Disgrafía específica: el alumno o alumna presenta una desviación en la percepción de las grafías. Esto les lleva a escribir letras que son difíciles de reconocer, además de cometer muchos errores gramaticales y tener problemas para organizar el contenido en frases y párrafos.
Síntomas de la disortografía
La disortografía se manifiesta como la dificultad para transcribir palabras de manera correcta, siguiendo las normas ortográficas. Dependiendo del nivel de afectación, las personas con disortografía pueden presentar algunos de los siguientes síntomas:
- Faltas de ortografía.
- Omisión sistemática de los acentos.
- Confusión en el uso de los artículos.
- Dificultad para deletrear.
- Confusión de las letras.
- Escritura de palabras unidas.
- Distorsión en la relación entre palabra pronunciada y transcripción escrita.
Un diagnóstico temprano es fundamental para ofrecer al alumnado los recursos educativos más adecuados para cada caso. Por eso, la colaboración entre la familia y el profesorado es fundamental para la detección precoz de la disgrafía y la disortografía. ¿Te interesan los problemas de aprendizaje y quieres dedicarte profesionalmente a la educación infantil? Cursando el ciclo formativo de grado superior de Educación Infantil, podrás adquirir las competencias necesarias para trabajar como educador o educadora en centros educativos, lúdicos y culturales.