¿Quieres lanzar un producto o servicio nuevo al mercado? ¿Necesitas llevar a cabo una investigación de mercados o no? Si te contamos que hay negocios que cierran a los seis meses de haber empezado o que solo salen al mercado un 20 % de los productos o servicios investigados, quizá ya tengas la respuesta. Sí, necesitas hacerla. Te contamos qué tipo de cosas puedes testear.

Qué puedes descubrir mediante una investigación de mercados

Si quieres lanzar un nuevo producto, o un negocio, debes tener en cuenta que la formación es fundamental. Un ciclo formativo de Marketing y Publicidad te ayudará a conocer los aspectos clave antes de empezar.

Lo que debes preguntarle a tu investigación de mercados es: ¿mi negocio es relevante, es diferente y tiene un precio competitivo? Ya te hemos explicado cómo crear una investigación de mercados. Ahora veremos cómo podemos analizar las variables que llevarán al éxito a tu futuro producto o servicio.

Analiza las variables de éxito de tu negocio

  • ¿Cómo es mi producto o servicio de relevante? Nuestro objetivo será convencer al cliente para que deje nuestros competidores y se decida por nuestro producto o servicio. Para ello debemos satisfacer sus necesidades mejor que los demás. El consumidor potencial nos aportará esta información crucial para el éxito o fracaso de nuestro negocio.
  • ¿Qué grado de innovación aporta mi producto o servicio? Para diferenciarnos es clave la innovación. Testear desde un insight hasta un producto final. La clave es que, cuanto más cerca esté tu producto del deseo del consumidor, menos cambios sufrirá. La investigación de mercados debe acompañar todo el desarrollo del producto: así evitarás inversiones que sean poco rentables.
  • ¿Cuán competitivo es mi precio? Tus precios tendrán que ser competitivos, y eso no significa más bajos. Significa ser relevante y diferente para que el consumidor quiera pagar un precio adecuado a sus expectativas. A fin de investigar el precio más conveniente para tu producto o servicio, pregunta al consumidor potencial a partir de qué cantidad no lo compraría, por ser demasiado barato, hasta la cifra que tampoco estaría dispuesto a pagar, por resultar demasiado caro. De este modo obtendrás un rango de precios óptimo.