Una de las metodologías que cultivan la mentalidad creativa es el pensamiento de diseño o design thinking. Se trata de una de las metodologías más innovadoras para resolver problemas en cuanto a producto, servicio, proceso o experiencia. Por eso, en todos los ciclos formativos de #lanuevaFP ofrecemos un seminario dedicado a esta disciplina. Ahora bien, para saber a qué nos referimos conviene que sepas qué es el design thinking.

Qué es el design thinking

El design thinking es una metodología que puede aplicarse en cualquier industria, no solo en la tecnología o el diseño. Se usa para resolver problemas complejos mediante la acción, sin enfocarse en el análisis del problema. Para ello se estructura en cinco fases:

  • Empatía con el público objetivo (target). Conocer el máximo de información acerca del usuario o cliente será la base de todo.
  • Definir las necesidades. Para poder desarrollar planteamientos alternativos y propuestas de valor.
  • Crear soluciones innovadoras. Mediante la lógica, la imaginación, la intuición y el razonamiento sistémico se plantean nuevas posibilidades enfocadas al beneficio del usuario final.
  • Elaborar el prototipo. En un proceso y metodología de mejora continua, el prototipo será una parte más, pero nunca la versión final. Está en cambio continuo.
  • Hacer test. Por medio de pruebas, la mejora es continua durante todo el proceso, para la mayor satisfacción del usuario.

¿Por qué se debería aplicar el design thinking en la empresa?

Mejora la cultura en el trabajo, crea procesos de innovación más eficientes, disminuye costes e integra a los usuarios dentro de los proyectos de las empresas. Así es el design thinking como metodología estratégica.

Es la metodología que ayuda a desarrollar nuevas propuestas, teniendo en cuenta diferentes perspectivas y situando en el centro las necesidades o inquietudes del usuario o cliente. Empresas como Apple, Zara, BBVA, IKEA o Airbnb son algunas de las que ya saben qué es el design thinking y lo aplican en sus procesos y en su día a día.