Con la reforma de la LOMCE, los cauces para llegar a la máxima categoría de la Formación Profesional se simplifican para facilitar el acceso a los alumnos y mejorar la formación de los jóvenes.

Simplificar. Facilitar. Fomentar. Promover. Esos son algunos de los objetivos que busca la LOMCE (Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa), la última reforma de la ley educativa en España que, entre otros aspectos, busca potenciar el sector de la formación profesional con la simplificación de los cauces de acceso a los distintos grados que ofrece este sector educativo.

Más en concreto, la medida que más destaca entorno a la Formación Profesional es la desaparición del examen de acceso al grado de FP superior, por parte de los que ya hayan cursado un grado de FP media. La ley es clara: “no deberán realizar la prueba de acceso a los grados de Formación Profesional superior, aquellos que se hallen en posesión de un título de Técnico, Técnico especialista o título académico equivalente”.

Por tanto, las pruebas de acceso, tanto a las FP de grado medio o superior, quedarán limitadas para los alumnos que no hayan finalizado los estudios previos, es decir a aquellos que no hayan realizado ningún curso de FP.

Con esta medida, el Gobierno busca facilitar el acceso a la formación profesional superior con el objetivo de mejorar los índices de trabajo juvenil y fracaso escolar. Y es que son muchos los jóvenes que a una edad tardía -entre los 20 y los 25 años- ven la necesidad de estudiar para reengancharse al mercado laboral. Además, esta situación se combina con la alta demanda de perfiles profesionales medios en sectores como el industrial o el del comercio. Así, se unen un incremento de la oferta y una alta demanda que tendrían que derivar en un aumento del crecimiento interno de ambos sectores.